domingo, 26 de enero de 2020

Followers

Parece que no podemos vivir, hoy, sin "followers", "seguidores" virtuales de lo que publicamos sobre nuestras actividades (emprendidas para ser divulgadas).

Los "followers" no son un "invento" moderno. "Seguidores" -de figuras públicas- existen desde siempre. Mas, se conocían, en la antigüedad, "followers" que, aún sin internet, respondían casi exactamente al perfil del "follower" actual.

Se trataba de los hequetai, unas figuras, de la Edad de Bronce, existentes en la sociedad micénica, en la segunda mitad del segundo milenio aC.
Los hequetai eran reyes "provinciales" o de "distrito", sometidos al wanax o basileus, el gran rey, sin duda asentado en Micenas, la gran capital de la Grecia del segundo milenio aC.
Hequetai es un nombre plural en griego muy arcaico. En griego clásico se decía epetai, que se traduce por seguidores -también por servidores. Este sustantivo, epetes o epetas, está relacionado con el verbo epoo. Epoo significa unirse a (en francés existe el verbo s´attacher à, que implica una relación de dependencia, pero afectiva: quién se "ata" a otra persona no lo hace forzado, reducido, sino voluntariamente. Uno se ata a quien admira, a quien tomo como modelo -de vida).
Epoo, que a veces se traduce por seguir los pasos, no implica necesariamente una relación de dependencia sino de complicidad, de igualdad. Implica también la existencia de cierta distancia, contrariamente a lo que pudiéramos pensar de alguien que sigue a otro. En efecto, epoo significa también seguir con el pensamiento, es decir comprender -simpatizar, aceptar. El seguimiento, en este caso, no es ciego, sino que se ejerce lúcidamente sabiendo porque se sigue, y sin ser siempre un seguidor: siguiendo solo aquellos aspectos o preceptos que se asumen y se valoran.

Los seguidores, en la Grecia antigua, no tenían orejeras. Reflexionaban sobre los modelos que escogían. Y seguían siempre desde cierta distancia (irónica: eirooneia: disimulo; se sigue como si no se siguiera, haciendo ver que no se sigue, con la capacidad de reírse de quien se sigue, y de abandonarlo a su suerte en cualquier momento), a fin de no cometer los mismos errores que las personas que seguían. Los seguidores se formaban.
¿Followers? Sí, pero no al Instante(gram); sino, tras debida reflexión.
¿Twitt, twitt?: no, eso no.

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