Las pantallas serían ventanas que nos abren a otros mundos.
Ante la soledad y el aislamiento, la pantalla de un móvil o un ordenador, o de una tableta, permite entrar en contacto visual y acústico con otras personas, y recorrer virtual o visualmente campos y calles.
Una ventana es una apertura hacia la luz. Bárbara, la patrons de los arquitectos, obtuvo tan señalado cargo cuando supo dónde abrir una ventana en la alta torre de piedra en la que su padre la había encerrado para que la luz del cielo la bañara.
Una ventana es un marco; o un cuadro. Un cuadro clásico nos ofrece una vista: una imagen encuadrada. Ésta nos acerca lo que muestra o nos acerca a lo que muestra. Este movimiento de acercamiento a la realidad -o la realidad que se halla tras el marco- se opone o se contradice con el movimiento de retirada del artista que busca un lugar desde dónde tener una buena "perspectiva". La visión exige dar unos pasos hacia atrás, alejarse para disfrutar de amplitud de miras, del mismo modo que los dioses lo ven todo porque están en lo más alto.
Un cuadro nos muestra lo que el artista quiere ver; nos ofrece sus ojos. Tenemos que colocarnos a la misma distancia del cuadro que la que el artista mantenía cuando observaba lo que quería representar. Un cuadro no es una vista objetiva. Es una visión particular, un fragmento de la realidad, sacada de contexto. Un marco son como unas orejeras. Centran la vista en un objetivo, desatendiendo a todo lo que acontece alrededor de un motivo, casi podríamos decir, lo que lo envuelve, lo aureola. Un marco es un tajo seco en la realidad. No nos permite percibir las relaciones entre las cosas, los juegos, las tensiones entre los motivos de una escena. La vida, el movimiento se detienen. Todo se coloca de un determinado modo, en el lugar que corresponde. Los seres y los entes posan. La vida que discurre a los lados, delante y detrás es neutralizada. Un cuadro es una foto fija, en la que la vida ha quedado congelada. Un cuadro es un acceso a lo que parece un castillo encantado o una tumba, en la que los seres y los enseres se disponen como si estuvieran vivos, simulando lo que no son.
Un cuadro es una simulación de la realidad. Como lo es lo que la pantalla del televisor, el ordenador o el movil nos muestra, pese a que produzca la ilusión que si abrieramos la ventana saltaríamos a esos mundo que desfilan ante la pantalla.
Una pantalla no es una apertura sino un cierre. En francés, écran (pantalla) significa reja, protector, una membrana que detiene y cierre que, por ejemplo, impide que la luz nos alcance.
Lo que nos abre al mundo es el sueño y la literatura porque las imágenes que se forman cobran vida en nuestro interior. Están con nosotros; forman parte de nosotros; y nosotros nos vemos en y con ellas.
Así discurre la vida hoy. entre ventanas ciegas.
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