París visto como un yacimiento arqueológico, la ruina de una ciudad romana (sin filmar un solo edificio arruinado)….
Nunca las grandes esculturas mitológicas de bronce, de Aristides Maillol, de principios del siglo XX, ubicadas en 1964 en el Jardín de las Tuillerías, con el palacio del Louvre, entrevisto, al fondo, en la neblina, han lucido mejor y con más sentido, levitando sobre el manto verde de los amplios parterres, suspendidas, venidas de otro mundo, en el aire líquido y blanquecino saturado de humedad..
Un maravilloso, extraño e irritante breve documental, con la misma música que el anterior y la voz hipnótica, casi oracular, de la escritora y cineasta Marguerite Duras, evocando a una reina oriental traicionada por su amante.
No hay comentarios:
Publicar un comentario