miércoles, 26 de noviembre de 2025

Lo finito en un junco (o: sobre las aguas de la sabiduría sumerias, en las marismas del Tigris y el Éufrates)

















 

Fotos: Tocho, noviembre de 2025


Vivían tres mil familias en las marismas del sur de Iraq. En los mitos mesopotámicos, aguas tan fértiles fueron consideradas divinas, y de su sombrío interior, cargado de limo, emergieron los dioses celestiales, aunque el dios de las aguas dulces mantuvo su morada sobre y dentro de las aguas.

Saddam Hussein gaseó la población en los años noventa porque se oponían a unas pautas y a unas maneras de gobernar muy alejadas del poder asambleario que imperaba en las marismas. El ejército norteamericano lanzó bombas radioactivas en las aguas para expulsar al ejército iraquí en 2003. 

Y el gobierno turco ne cesa de construir pantanos que privan de agua al noreste de Siria y a todo Iraq. Un reciente acuerdo llevará petróleo gratis a Turquía a cambio de algo más de agua en Iraq.

Hoy, tras tres años de una inmisericorde sequía, miles de búfalos se mueren de sed, dos mil doscientos familias han emigrado a ciudades como Nasiriya o Bagdad, y tan solo una lámina de agua aún se estanca en los canales naturales entre islas de barro y de juncos, sobre las que se alzan grandes casas comunales -o casas de los varones, algunas abandonas, otras rehechas -, también construidas con juncos, en más o menos buen estado, casas que parecen haber sido trenzadas con los juncos que las envuelven y de los que se nutren, que ofrecen sombra y frescor en el interior, y cuyo volumen y quizá la técnica construida o de tejer empleada, parecen remitir a construcciones marismeñas de hace cinco mil años, a moradas humanas y/o establos.

Hasta las aves zancudas también empiezan a fallar en lo que fue hasta finales del siglo XX su espacio que sobrevolaban. 

Un lugar en el que el habitante y el visitante se sienten ajenos al mundo -que está acabando con este mundo en el que la tierra y el agua, en la que el cielo se mira, se confunden, batidos por la vibración de las cañas y los juncos .



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