lunes, 24 de noviembre de 2025

Larsa












 Fotos y vídeos: Tocho, Larsa, noviembre de 2025


Una senda de arena zigzagueante , en medio del desierto, conduce, sin que quepa señal alguna, hacia unas colinas , bajas y extensas, que descansan, sobre el horizonte, en medio de una fina capa de polvo que tiñe de ocre y hace vibrar el cielo. 
Larsa fue una ciudad sumeria, fundada quizá en el cuatro milenio, y que adquirió importancia tras el derrumbe  de lo que se denomina la tercera dinastía de Ur, a finales del tercer milenio -una federación de ciudades, más bien, encabezada por la ciudad de Ur. 
La vida de la ciudad fue de corta duración. A principio del segundo milenio fue tomada y destruida por Babilonia. El desierto la engulló.
La ciudad debió de ubicarse en unas marismas -que actualmente se hallan más al sur, a un centenar de quilómetros, debido al avance de la costa ante el mar, por los aluviones traídos por los ríos Tigris y Éufrates, aunque hoy en día, el caudal de ambos ríos es pobre debido a los pantanos que Turquía ha levantado.
O, al menos, una red de canales debieron de cruzarla, como se descubre en una estructura bien conservada, que encauzaría el agua, y por las conchas marinas que salpican la pendiente del zigurat, hoy un montículo de fácil acceso desde cuya cumbre se percibe el despliegue del desierto allí donde se extendía un fértil manto de plantas acuáticas y de lagunas.
El viento es lo único que rompe el hipnótico silencio que envuelve el yacimiento de Larsa, explorado en los años 30 y 70 del siglo pasado, y de nuevo recientemente, extrayendo los restos sepultados por la arena.
 

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