martes, 19 de mayo de 2020
NAOMI SAFRAN-HON (1984): A ROOM WITH NO EXIT (UNA HABITACIÓN SIN SALIDA, 2020)
Naomi Safran-Hon nació en la ciudad israelí de Haifa, que abandonó tras la política de Israel con respecto a Palestina, y se exilió a los Estados Unidos.
Haifa era una ciudad israelí principalmente árabe (judía, cristiana y musulmana) que, tras revueltas en 1948 en contra de la creciente ocupación por parte de judíos europeos y norteamericanos, vió como uno de sus barrios, donde nació la artista, fue destruido y abandonado. Los árabes que permanecieron no estuvieron autorizados a restaurar sus casas, y hoy, malviven aún unas pocas familias.
El hogar, para la artista, es un hogar vaciado, roto, destruido u ocupado, del que prefiere no acordarse. Un espacio violentado, en el que es imposible morar.
Sus cuadros son fotografías de dichos interiores, también parcialmente destruidas por capas de cementos que añade. El cemento o el hormigón, un material de construcción que, en este caso, es signo de ruina: arruina las fotos y es lo único que permanece, como material de derribo. El techo cae sobre el suelo: ambos se unen, después que el techo, en su caída, aplaste a todo lo que encuentra, todo lo que se puso a cubierto.
Hoy, la artista expone en Brooklyn (Nueva York)
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