La cantante y compositora rock Patti Smith, respetada por su música, sus textos y su concepción del espectáculo sin alardes escenográficos, siempre en recintos de tamaño medio, fue más conocida en sus inicios como dibujante y como fotógrafa, una práctica que siempre ha defendido. Una gran parte de su obra plástica forma parte de la colección del Museo de Arte Moderno de Nueva York. Los temas no son casuales. Fotografías tomadas en la casa, hoy museo, de Frida Kahlo, de muletas y de máscaras mortuorias, con un cierto aire fúnebre, y dibujos autorretratos y retratos de sus poetas favoritos, Rimbaud, en particular, cuya obra ha reivindicado siempre como su principal fuente de inspiración, unos dibujos que remiten a veces a Wilhem de Kooning.
Una exposición en el Centro Pompidou en Paris conjuga su faceta de músico y de artista plástica, una figura que hoy se asocia menos con las artes plásticas.
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