martes, 29 de julio de 2025

Subir los colores (al Centro Pompidou, París)






François Morelet







                                      Jean Dewasne 






                                Fernand Léger 





           Rogers & Piano: Centro George Pompidou


El Museo Nacional de Arte Moderno. Centro Pompidou, varado en pleno centro de París, cumple cincuenta años. Tras dos previas intervenciones para reorganizar el interior y restaurar las escalera mecánica cubierta que asciende por la fachada pautada por tubos y conductos metálicos, el edificio ha cerrado por vez primera. La rehabilitación del edificio durará cinco años. Éste debe ser prácticamente reconstruido. La corrosión ha hecho de las suyas, así como el desgaste debido a un número de visitantes muy superior al previsto. De algún modo, el museo ha muerto de éxito.

El estudio del proyecto original, de los arquitectos, entonces socios, Richard Rogers y Enzo Piano, revela algunos detalles curiosos.

El museo destaca por la exposición de las instalaciones que acaban configurando el volumen del edificio: una endiablada composición de tuberías de distintos diámetros, verticales y horizontales, que constituyen la estructura, el cableado, y los conductos de agua, electricidad, ventilación, etc. 

Un precedente y un equivalente a lo que aconteció  en el campo de la alta costura, diez años más tarde, a cargo de Jean Paul Gaultier, cuando la ropa interior -corsés, sostenes, fajas, ligas- pasó al exterior. 

El despliegue de ferretería llamó la atención no solo por su presencia tan visible, y por su extensión, sino por los colores de los tubos, rojos, azules, amarillos…,

Se pensó que los arquitectos guiñaban el ojo a las obras de Le Corbusier .

Sin embargo, el proyecto inicial consistía en un laberinto o trenzado de tubos y conductos blancos.

El proyecto resultaba de una decisión presidencial. El presidente francés George Pompidou, amante del arte moderno, consideraba que París empalidecía ante Nueva York. Su museo de arte moderno, pese a sus riquezas -un museo que todavía existe-, le parecía pobre y discreto. París necesitaba de un golpe de efecto.

El edificio cumplía solo en parte con el deseo presidencial. George Pompidou sugirió que el metal se pintara con los colores de un cuadro de George Braque, que representa una estructura metálica, signo de modernidad. Mas, los colores del cuatro eran apagados, oscuros. Aplicados a la estructura, entristecían la obra.

Fueron los artistas  franceses, François Morelet, conocido por sus pinturas abstractas de fuertes colores vibrantes aplicados en medianeras y fachadas, junto con, al parecer, Jean Dewasne, célebre por sus murales abstractos y coloreados con tonos vivos, en los que se distinguen formas tubulares  -que evocan el dibujo animado Yellow Submarine, el cual también inspiró a Rogers y Piano-, aplicados en espacios públicos, y monumentos como la Grande Arche parisina, construida, a petición del presidente francés Mitterrand, en los años ochenta, quienes, seguramente convocados por el presidente francés, coleccionista también de arte moderno abstracto y cinético, lograron caracterizar y personalizar el Centro Pompidou, convertido en un imprevisto trenzado de colores. 

La importante intervención de ambos pintores, casi la co-autoría, no ha sido, hasta hoy, plenamente reconocida. Una prueba más de la necesidad de las bellas artes en una carrera como la arquitectura que en España solo guiña el ojo a la ingeniería. 








2 comentarios:

  1. Al hablar de los colores me han venido a la mente los trabajos de Michel Pastoureau sobre los colores. El Diccionario de los colores y sus libros Rojo, Azul, etc. son muy interesantes.

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    1. Muchas gracias por la referencia que desconocía. La voy a buscar. Un atento saludo

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