Una exposición sobre el origen de los museos catalanes y de sus colecciones , actualmente en Barcelona, se centra en las condiciones con las que se han producido las obras de arte que posteriormente fueron donadas y que constituyen los fondos de los museos públicos, nacionales o no.
La exposición estudia el origen de obras procedentes de colecciones privadas; colecciones creadas a partir de generosos fondos, donadas posteriormente.
Los coleccionistas privados disponían de extensos presupuestos gracias a los beneficios de la actividad industrial que creció en el siglo XIX. La posesión de colonias en las Américas, África y el Sur-este asiático fue una de las causas de la riqueza de la burguesía y la aristocracia catalanas. Las colonias acogían extensas haciendas agrícolas en las que trabajaban esclavos procedentes de colonias africanas. El comercio marítimo, entre Cataluña, África y América permitió el traslado de esclavos a América y de bienes a Cataluña.
El coste de las obras de arte fue abonado con riquezas obtenidas mediante la explotación de trabajadores forzados y carentes de libertad, y de tierras lejanas de las que las poblaciones anteriores a la llegada de los colonos fueron expulsadas o aniquiladas.
La exposición pública de la cara oculta de las obras de arte es aleccionadora. Esta información se comunica a través de obras de arte encargadas para la ocasión.
Los artistas no son necesariamente investigadores ni estudiosos. Los datos sobre el trasfondo colonial y esclavista tienen que contrastarse y apoyarse en documentos irrebatibles. Existen, sin duda. Pero no son los que necesariamente han manejado algunos artistas.
Una instalación expone que diseñadores industriales utilizaron maderas procedente de colonias, cuyas riquezas fueron expoliadas y, seguramente, obtenidas por trabajadores explotados. Maderas como el ébano, por ejemplo, una madera valiosa y rara, que no se encuentra en los países colonizadores europeos.
Ls exposición de muebles de madera negra, como el ébano, de los años 50 apoya o desencadena esta explicación.
Una visión rápida, sin embargo, permite descubrir que la madera no es ébano , y no procede de colonias. Se trata simplemente de muebles de madera teñida de negro.
Dicha madera se llama melis. Se trata de una madera densa, resistente, carente de nudos, de calidad, procedente de un árbol de la familia de los pinos. Desde la edad media esta madera ha sido utilizada por su resistencia para, por ejemplo, la creación de instrumentos musicales. Los árboles son de procedencia local.
Es cierto que existe melis americana, en concreto de Cuba, que se exportó a finales del siglo XIX, y que podría proceder de colonias en las que se explotaba a la mano de obra. Pero la melis americana se utilizaba para la fabricación de vigas y de pilares, debido a su longitud, regularidad y dureza, nunca para la producción de mueble utilitarios pequeños como un carrito de comedor.
Tal inexactitud, risible y un poco vergonzante, echa sombra sobre una exposición bien pensante y necesaria. No la cuestiona, pero sugiere que el tema es suficientemente serio para ser estudiado de manera académica -como así ha sido últimamente-, y no solo ni preferentemente una exposición como la presente, cuyas cualidades estéticas, existentes o no, no compensan, nos parece, algunas insuficiencias históricas o científicas. Quizá un posible catálogo, aún no disponible, podría ofrecer las bases históricas para corregir ciertas afirmaciones.
Agradezco las precisiones a J.R.
https://cultura.gencat.cat/ca/temes/museus/museuhabitat/inici/
S'ha obert la veda, desvergonyida i criminal. Tot val.
ResponderEliminarSupongo que el estudio de los orígenes de las obras de arte, las condiciones de trabajo, el pago, el encargo, etc., es necesario, para matizar la fascinación que la obra suscita. Es cierto que este fundamento turbio es habitual, lo que no lo justifica. Pero seguramente una investigación que desemboca en un texto o una ponencia tiene más sentido. No sé si el formato expositivo es el más adecuado para documentar las raíces de una obra, sobre todo cuando la exposición se sustenta en obras de encargo, cuyas raíces, cuyas condiciones no se estudian. Las obras de encargo fueron seguramente abonadas. ¿Cuál es el origen del dinero abonado? El pez se muerde la cola. La exposición es gratuita, sin embargo. Merece ser vista -no va nadie- siquiera para debatir sobre sus postulados, y pensar sobre cómo se ha presentado. Se esté o no de acuerdo, sea acertada o no, es una exposición con luces y sombras que da qué pensar, aunque las bases sobre las que se sustenta y lo que quiere documentar no siempre esté claro, sea convincente o esté documentado.
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