La caza de los leones, un gran y realista panel de piedra en relieve que recubría las paredes de la sala del trono del palacio del rey neo-asirio Asurbanipal en la capital Nínive, del siglo VII, y manifestaba el coraje y la fuerza del monarca vencedor de las fuerzas naturales es, junto con los relieves del Partenón ateniense, la obra más conocida del museo británico de Londres. Ambas llegaron a la capital británica a mediados del siglo XIX.
La entronización en museos occidentales ( Museos del Louvre, Británico, Pergamon en Berlín y el Instituto Orirntal de Chicago, principalmente) de este y otros relieves, junto con obras esculpidas neo-asirias de gran tamaño (toros y leones alados, genios protectores descomunales), obtenidas, más o menos legalmente, por las primeras misiones arqueológicas occidentales en lo que hoy es Iraq y que formaba parte entonces del imperio otomano, desató en el siglo XIX la llamada Asiriomania, en Londres y en Paris, sobre todo. España, con escasas o nulas relaciones de dominio en el Próximo Oriente, no sufrió este entusiasmo, visible en arquitectura e interiorismo.
Es por este motivo que sorprende la presencia de un desconocido gran panel cerámico en una entrada de un bloque de pisos en la parte alta de Barcelona, que ha descubierto el arquitecto y asiriólogo Marc Marin, de la Universidad de Pensilvania en Filadelfia, a quien agradezco esta información. Esta obra, en tonos ocres que recuerdan el color de la piedra original (cuyos pigmentos que sin duda presentaba se han perdido) combina varias escenas de la caza de los leones antes citada en una única composición realizada por fragmentos conjuntados, obra del ceramista valenciano Julio Bono Peris (1934-2017), profesor en la Escuela de Artes Aplicadas Massana de Barcelona, realizada, junto con el edificio que la acoge, en 1977.
Bono es conocido por sus paneles cerámicos que decoran fachadas y entradas de viviendas de lujo en la parte alta de la ciudad de Barcelona, y por haber fundado una empresa de cerámica arquitectónica decorativa que surtió a unos grandes almacenes de la ciudad de extensos paneles ornamentales. El estilo, y el motivo, lejos de la iconografía cristiana de otras composiciones, ángeles y santos, o motivos abstractos, del panel “asirio”, se desmarca de su producción habitual, y merece un estudio detallado sobre el encargo y las razones de su realización.
Informado el ayuntamiento, ya ha incluido este relieve en una página web sobre paneles cerámicos decorativos arquitectónicos, que suelen ser de escasa calidad o de gusto discutible, y en la que el relieve asirio destaca, más por la iconografía insólita y la pericia a la hora de combinar fragmentos y motivos diversos de la obra original en una única composición, que por la delicadeza de los trazos que son los que aureolan la obra neo-asiria original.
Agradecemos de antemano cualquier información que se pueda obtener
Agradecemos también a María Antonia Casanovas y a Aurelio Santos, amén de Marc Marin, quien ha hallado esta obra y ha puesto sobre aviso.
Francamente curioso y un triunfo descubrir esta obra de mano moderna sobre tema ancestral. Y es que deduzco que no hay temas antiguos que hayan quedado desfasados sino que conservan toda su modernidad formal, técnica y si se quiere hasta simbólica. Muchas gracias por la información.
ResponderEliminarMuy cierto: no existen temas que por antiguos ya no nos digan nada.
EliminarMaría Antonia Casanovas, historiadora de la cerámica y que fue conservadora del antiguo y maravilloso museo de cerámica de barcelona, el segundo más importante de Europa, desmantelado por el ayuntamiento porque no era rentable, comentaba que la elección de este motivo asirio debió de ser del arquitecto del edificio, quien encargara este relieve. Se va a intentar obtener más datos.
El arquitecto Marc Marin, que realiza su doctorado en asiriología en Filadelfia con una beca imposible de obtener en España, explicó que se dio cuenta de la existencia de este relieve, situado al fondo de una entrada y poco visible desde la calle, por casualidad, yendo a la fundación Arquia cercana. Yo llevo decenas de años pasando por este calle, frente al edificio, y no lo vi nunca.